El estrés es una reacción natural del cuerpo frente a un desafío o una demanda. En episodios puntuales, cómo la entrega de un trabajo, la reacción a un peligro inminente o la ejecución de acciones cotidianas, el estrés puede ser positivo.
Sin embargo cuando el estrés dura mucho tiempo, tiene muchas repercusiones dañinas en nuestra salud y calidad de vida.
TIPOS DE ESTRÉS
El estrés según su duración se puede definir:
Agudo: cuando se presenta en un momento puntual para resolver una situación concreta. Este tipo de estrés se define eustrés y lo podemos manejar sin demasiados problemas y hasta sintiéndonos realizados y realizadas una vez que lo hemos gestionado.
Crónico: cuando se presenta de forma prolongada a lo largo de semanas, mese y hasta años. Es una reacción de adaptación a problemas complejos de la vida cómo problemas económicos, laborales, familiares y sociales. El cuerpo y la mente se quedan tensos y en alerta de forma constante, aunque en ausencia de un peligro inminente. Este tipo de estrés se define distrés y se caracteriza por una sensación de falta de control y dominio, que genera irritabilidad y agotamiento a nivel físico y mental.
MECANISMOS DEL ESTRÉS EN EL ORGANISMO
Cuando nuestro cuerpo recibe un estímulo puntual o situación estresora se inicia un sistema de respuesta che podemos percibir con:
aumento de la excitación
estado de alerta y vigilia
mejora de la cognición y atención centrada
euforia o disforia
En esta respuesta participan el sistema nervioso, el sistema endocrino y el inmunológico.
Empieza una cascada de liberación hormonal que circula por el torrente sanguíneo en el organismo:
Por un lado se liberan epinefrina y norepinefrina desde la médula suprarrenal (respuesta de lucha/huida del SMA) y por otro se libera cortisol (del sistema HPA).
Se estimula la liberación de la hormona estimulante de la tiroides (TSH) (aumento del metabolismo)
Se libera la vasopresina (ADH) encargada de regular la reabsorción de agua por parte de los riñones y que - junto con la epinefrina y la norepinefrina - aumenta la presión sanguínea.
Cuando estas respuestas son prolongadas por semanas, meses o años, tienen consecuencias adversas sobre funciones fisiológicas, como el crecimiento, el metabolismo, la circulación, la reproducción y la respuesta inflamatoria.
EFECTOS DEL ESTRÉS PROLONGADO
Los niveles elevados de cortisol durante largos periodos de tiempo pueden ser especialmente dañinos sobre varios aspectos de la vida:
empeoran la memoria a largo plazo
promueven el depósito de grasa en la región abdominal (obesidad)
estimulan la ingesta de mayor cantidad de comida con alto contenido calórico (que aumenta la sensación de placer y reduce en cierto modo el estrés, lo que fomenta el hábito de ingerir comida insalubre para sobrellevar el estés)
aumenta la presión arterial
aumenta el riesgo de sufrir insuficiencia cardíaca
aumenta el riesgo de sufrir diabetes
aumenta el riesgo de sufrir depresión o ansiedad
favorece la aparición de problemas de la piel, como acné o eczema
puede influir en problemas menstruales
Otros síntomas que se pueden verificar son:
Diarrea o estreñimiento
Dolores y achaques frecuentes
Dolores de cabeza
Falta de energía o concentración
Problemas sexuales
Cuello o mandíbula rígidos
Cansancio
Problemas para dormir o dormir demasiado
Malestar de estómago
Uso de alcohol o drogas para relajarse
CÓMO LIDIAR CON EL ESTRÉS?
Lidiar con el estrés de forma autónoma muchas veces se hace complicado. En estos casos no exites en pedir ayuda, porque hay muchos profesionales que pueden ayudarte a superar tus dificultades.
Si piensas de sufrir de estrés crónico o si tienes algún familiar que parece sufrirlo, antes de todo consulta tu médico y explícale tu situación. Hablarlo con él o ella te ayudará en encontrar soluciones adaptadas a tu situación particular.
También puedes hacer referencia a un Psicólogo para que te ayude a manejar el estrés con nuevas herramientas y enfoques. Verás que te será de mucha ayuda.
De forma complementaria, introduce en tu vida hábitos de respiración consciente y momentos de meditación. Pasea más a menudo en la naturaleza y haz más a menudo lo que te gusta hacer! Observa el cielo estrellado, admira el amanecer u ora al atardecer.
Practica la gratitud y las afirmaciones positiva y siempre haz algo de movimiento.
Si necesitas un acompañamiento en estas prácticas para ser más constante, ponte en contacto conmigo.
Además para aliviar tus niveles de estrés puedes recurrir a los masajes, a la acupuntura, al yoga, al Taichí o al Qi Gong.
Estas técnicas fomentarán una natural regulación en tu cuerpo, haciéndote sentir mejor y más relajado o relajada.
[2] Vista de FISIOLOGÍA DEL ESTRÉS Y SU INTEGRACIÓN AL SISTEMA NERVIOSO Y ENDOCRINO (revistamedicocientifica.org)
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